Las recientes tormentas -como siempre ocurre con las lluvias fuertes- anegaron algunas zonas del Área Geográfica Reconquista (AGR). Sobró agua. Por el contrario, desde el mes de noviembre de 2021, en el barrio de Villa Hidalgo, localidad de Eugenio Necochea, faltó presión de agua corriente. Y desde el primer mes del verano 2022, prácticamente no hubo agua en la red de suministro de la empresa Aguas y Saneamientos Argentinos S. A. (AYSA).

El problema también alcanzó a viviendas y comercios de la ciudad de Boulogne Sur Mer, en el vecino partido de San Isidro, cercanos a la avenida Sarratea. A mediados de febrero muchas personas afectadas marcharon protestando por esta ensanchada avenida que oficia de frontera entre dos municipios, hacia la ruta provincial N° 4 (Ex  avenida Bernabé Márquez). Se multiplicaron los llamados telefónicos y se presentaron notas de quejas en las oficinas comerciales de la empresa y en el Ente Regulador de Agua y Saneamiento (ERAS), pero el servicio continuó siendo deficiente.

Los testimonios recibidos durante el mes de febrero fueron coincidentes: “Tenemos sólo un hilo de agua entre las 2 y las 5 AM, que ni siquiera alcanza para almacenarla”. (Diego).

“Estamos cargando con baldes, sin poder bañarnos, y estamos pagando el servicio”. (Dante).

“Son unas cien manzanas desde avenida Rosas hasta las vías del ferrocarril Belgrano, y entre la avenida Sarratea y la calle Italia, hay zonas con baja presión y otras directamente sin agua, con pandemia y 32 ° de calor”. (Daniela).

Consultado el Secretario de Obras Públicas de General San Martín, Andrés Alonso, nos expresó:

“La obra que va a resolver el problema de la falta de presión de agua está avanzando desde San Isidro y empalma con San Martín, a través de Sarratea. Hablamos con AYSA para que, a su vez, revise las pérdidas que pueden estar agravando el problema.”

La provisión de agua potable en Villa Hidalgo tiene una larga historia cargada de dificultades: hasta comienzos de la década del 80´, del pasado siglo, la población extraía agua de las napas subterráneas mediante bombeo. Pero los mal llamados “rellenos sanitarios” que nos instaló en José León Suárez la última dictadura que supimos padecer, contaminaron las napas. El agua se tornó intomable, con un sabor aceitunado, y se multiplicaron las afecciones por parásitos y soriasis en la piel.

Las primeras redes de agua corriente las realizó la empresa Obras Sanitarias de la Nación (OSN), todavía estatal, a través del programa “Pro-Agua”. Mediante un sistema en el que los vecinos y las vecinas compraban los materiales necesarios directamente a fabricantes y realizaban el zanjeo domiciliario, y la empresa aportaba la dirección y la mano de obra técnica de la instalación. Así se hizo primero en la zona conocida como “El Triángulo”. Luego por intermedio de la entonces Junta Vecinal “San Martín de Porres”, se tramitó ante la también estatal empresa “Ferrocarriles Argentinos”, el permiso para pasar por debajo de las vías el caño de distribución de agua para el otro sector del barrio, hasta la calle El Zorzal.

En 1988 se inauguró la red, con la presencia del entonces Ministro de Obras Públicas de la Nación, Rodolfo Terragno, durante el gobierno del presidente Raúl Alfonsín. En los terrenos de la recién inaugurada FM Reconquista se realizó una fiesta popular. Ese año volvió a desbordar el Río de la Reconquista y otras aguas no tan limpias, avanzaron sobre el barrio.

En los 90´ se extendió la red hasta la entonces avenida Márquez, esta vez a través de empresas contratistas privadas. Comenzaron entonces los problemas de falta de presión y hubo que reforzar las “mallas” con nuevas entradas de suministro.

La población siguió creciendo, en construcciones de altura y los últimos espacios de tierra se poblaron. La falta de agua en verano, ya en el nuevo siglo, se tornó crónica. En 2021 se realizaron obras de mejoramiento y mantenimiento de la primera red de los años 80´, a cargo de cooperativas de trabajo organizadas por el municipio.

Pero en el sector provisto por la red de los 90´ las obras que debía realizar AYSA no llegaron a tiempo y el verano fue un infierno. Hasta aquí el acotado resumen de una “endemia” en la infraestructura urbana, y la falta de un servicio que constituye un derecho esencial para la vida y la salud de las personas.

Iniciado el mes de marzo el problema comienza a resolverse, al menos en algunos sectores. “En mi zona ya tenemos agua y AYSA está verificando la presión casa por casa” nos confirma Daniela. “Me contactaron desde AYSA, me informaron de algunas reparaciones de cañerías rotas y sobre las obras que se realizan sobre Sarratea, y viniendo con un caño desde San Isidro para mejorar la presión de agua. Pero no precisaron el tiempo que demandará la obra”, nos dice Diego, otro de los vecinos afectados.

Con el problema en vías de solución, es indispensable que, en la empresa proveedora, se tomen las previsiones técnicas y presupuestarias necesarias, para que el próximo verano esta historia no se repita.  Que así sea.