UNA SEMANA DE SOLEDAD

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Recurrimos a nuestro viejo maestro de crónicas, de la Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano, el premio Nobel de literatura, don Gabriel García Márquez, parafraseando su gran obra: Cien años de soledad. También podríamos apelar al ilustre colombiano titulando nuestra editorial así: El amor en tiempos del Covid-19. (*)

Porque la primera semana de “aislamiento social obligatorio”, llamado popularmente cuarentena, nos ha parecido un siglo. Las costumbres cambiaron, los afectos se resignificaron, los compromisos se cancelaron o se reprogramaron sine die (**), la in - y la desin- formación fueron copadas por el novedoso virus. Lo que no tenga relación con el “enemigo silencioso y oculto” no existe para la mayoría de los grandes medios.

Sin embargo, la vida y la muerte continúan, como siempre, aunque con rostros diferentes. La muerte asume la máscara -como en las tragedias griegas- del egoísmo, el individualismo extremo, la máxima in-moral de salvarse solo o sola. Personajes grotescos que eluden las disposiciones sanitarias, que especulan con los precios de los insumos básicos, desnudando la peor herencia cultural de años de capitalismo salvaje, fundado en el dogma neoliberal, que si lo aplicáramos, deberíamos dejar en manos de “los mercados” la solución al problema.

La vida, en cambio, se nos aparece en los barrios, enfundada en barbijos y guantes de látex, generalmente con rostro de mujer, entregando viandas en comedores, merenderos, escuelas, capillas. Toda el Área Geográfica Reconquista (AGR) de José León Suárez, desde la avenida Brigadier General Juan Manuel de Rosas hasta la ruta Camino del Buen Ayre, resplandece de solidaridad y organización, desde abajo, desde el subsuelo social, en alianza con un Estado democrático, que ha decidido priorizar a “los que más sufren”.

La vida, también asoma en la entrega de los docentes que trabajan a distancia, del personal de los establecimientos de salud y de la seguridad pública. Esto sucede aquí, en nuestra inmensa “Patria Chica”, y en toda la Argentina.

A pesar de tanto amor, pareciera que nada alcanza. Para quienes la vienen peleando desde trabajos “informales” o de subsistencia familiar, el mundo es una bicicleta que se detuvo y por lo tanto se cayó. Y urge ponerla a andar con creatividad. Toda nuestra militancia política, sindical, cultural, religiosa y social atraviesa una prueba de fuego: Detener la pandemia sin que eso signifique enfermarse (o morirse) por sub o mala alimentación, más de lo que ya pudiéramos estarlo antes de la crisis.

“Nos salvamos en racimo” rezaba una vieja sentencia. “Cuidarnos para cuidar al otro y a la otra” sería su reformulación para esta emergencia. Nuevas formas de organizar la producción y el trabajo se están pensando y ensayando desde el Estado y las empresas. Y también desde cada organización popular, debemos elaborar propuestas y respuestas, desde la particularidad de cada entorno en el territorio, pero siempre en alianza, en red, con unidad en la acción.

Cuarentena no es olvido. Estamos en el mes de la memoria. Cuando la dominación norteamericana sobre América Latina, ya no lograba sostenerse mediante gobiernos “títeres” con ropaje democrático, o a través del engaño publicitario, recurrió a las dictaduras conducidas por las oligarquías locales y ejecutadas por militares traidores a sus Patrias. La Argentina no escapó al genocidio, ejecutado para implantar “a sangre y fuego” un plan económico neoliberal, que entregó nuestras riquezas naturales a las empresas transnacionales, destruyó nuestra industria, endeudó al país, y trató de acabar con toda organización obrera o popular que se opusiera a este despojo, eliminando a sus mejores hombres y mujeres.

“Memoria, Verdad y Justicia”. A este imperativo moral y político, no hay virus que lo doblegue. Ya es parte de la conciencia democrática colectiva.

 

Nota de la redacción: (*) En referencia a otra gran novela de “Gabo”, llevada al cine por el director Mike Newell: “El Amor en tiempos del cólera”.

** Sine die: Locución latina que significa “sin plazos”.

Acerca de Suárez Ciudad

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