Por Raúl Bermúdez
Mi barrio por adopción es Villa Hidalgo, en la localidad de Eugenio Necochea. Es la parte fronteriza de “mi ciudad”, José León Suárez, con el partido de San Isidro. Llegué a principios de los años 80´ del siglo pasado, con el proyecto de dedicarme al trabajo social, la educación y la comunicación popular.
Siempre me interesé por el nombre de las calles. Nos sirven para orientarnos y fijar dirección, pero ¿Quiénes son las personas elegidas por los ediles locales para estampar su nombre en el catastro municipal? A veces son lugares, plantas, circunstancias o fechas históricas, etc. Salvo excepciones famosas, la mayoría nos son desconocidas y en general tampoco nos importa.
Pero mi afición por la historia, me interpela ante nombres desconocidos escritos en esquinas y mapas ciudadanos. Mañana volveremos a celebrar un nuevo aniversario de la Declaración de la Independencia, realizada en el Congreso de Tucumán, en el año 1816. Intrigado por quiénes tuvieron el honor de estar presentes ese día, representando a sus provincias, descubro que quedaron registrados 29 nombres.
Algunos de ellos habitan mi barrio. A poco andar desde mi querida Radio Reconquista me encuentro con José Mariano Serrano, nacido en Potosí, Bolivia, y desde luego como toda la intelectualidad patriota de la época, formado en Chuquisaca. Allí, en la actual Sucre, hubo un “25 de Mayo” revolucionario, pero un año antes que el de Buenos Aires. Serrano estuvo en ese intento patriótico fallido, luego fue diputado por Charcas en el Congreso de Tucumán, y el encargado de redactar la Declaración de Independencia en los idiomas originarios aymara y quechua. En 1825 también participó de la declaración de la independencia de Bolivia.
Más allá – a unas dos cuadras- está el doctor José Darragueira, abogado, nacido en el Perú. De niño se trasladó a Buenos Aires junto a su padre y su madre. Allí estudió en el Real Colegio de San Carlos y leyes, obviamente, también en la prestigiosa Universidad de Chuquisaca, en el Alto Perú, hoy República Plurinacional de Bolivia. Participó de la Revolución de Mayo y representó a Buenos Aires en el Congreso de Tucumán hasta su muerte en 1817.
Si recorro otras dos cuadras espera José Severo Malabia, diputado por Charcas, otro “ilustrado” que nació y se doctoró en Chuquisaca. Adhirió a los dos “25 de Mayo”, el de 1809 en el Alto Perú y el de 1810 en Buenos Aires. Luego fue presidente de la Corte Suprema de Justicia de Bolivia.
Muy cerca reconozco a Esteban Agustín Gazcón, nacido en la zona minera de Bolivia, en Oruro, de donde proviene la famosa formación de danza del carnaval, conocida como “La Diablada”, también presente en nuestro Jujuy. Con frente a esta calle, se encuentra la casa donde funcionó la sede original del primer jardín de infantes público del barrio, que fundadores y fundadoras llamaron “Manuelita”, en referencia a la famosa tortuga de María Elena Walsh.
Al igual que Darragueira, el abogado Gazcón estudió en el colegio San Carlos y adivinen… en la Universidad de Chuquisaca. Allí fue otro de los partícipes de la Revolución de 1809, por lo cual fue arrestado, pero lo liberó Juan José Castelli, en su expedición al Alto Perú. Sin embargo, representó a Buenos Aires en la declaración de la Independencia. También luchó junto al general Manuel Belgrano en el ejército del Norte.
Al llegar a la Escuela Primaria N° 31, veo que está custodiada por el doctor Pedro Medrano, nacido en una isla uruguaya frente a Punta del Este, y el porteño, sacerdote y también jurista Antonio Sáenz. Gracias a ellos se le agregó al Acta de la Independencia, que la misma no sólo lo era del Reino de España sino de “toda otra dominación extranjera” ¡Pavada de agregado! En un momento en que desde Buenos Aires se negociaba la soberanía al mejor postor.
Justamente en esa escuela, a la que asistieron mi hijo y mis dos hijas, celebrábamos el 9 de Julio, siempre el mismo día feriado y ¡en la calle!, con el barrio. Luego con su actual directora, Olga Centurión, los y las docentes, y la asociación cooperadora que me tocó presidir, compartíamos un asadito, donde no faltaba el baile folclórico.
Seguramente en cada barrio, localidad, pueblo o ciudad, hay calles, plazas, estaciones, etc. que fueron bautizadas con nombres de patriotas. En General San Martín desde luego hay muchas, en la vecina ciudad de Boulogne Sur Mer, también, incluso con congresales de Tucumán. Sólo me circunscribí a mi barrio, porque como dice el viejo refrán popular: “Para muestra basta un botón”.
Estos padres fundadores tenían posiciones ideológicas y políticas diversas, incluso enfrentadas entre sí. El congreso de Tucumán supo de fuertes disputas internas. Pero se hermanaron en el proyecto común de dejar de ser colonia para construir una Nación libre y soberana.
Una breve digresión y comentario aparte, para ayudar a la sanación de cierta xenofobia porteña y bonaerense (odio al extranjero, sobre todo si es un hermano latinoamericano): Tres de los diputados por nuestra provincia que declararon la Independencia, eran ¡uno peruano, el otro boliviano y el otro uruguayo! También nuestro Presidente del Primer Gobierno Patrio, Don Cornelio Saavedra, era boliviano nacido en Potosí. Y eran paraguayos quienes acompañaron desde Asunción a Juan de Garay en la segunda fundación de la ciudad de Buenos Aires.
Pero volvamos a las calles…se aprende tanto en ellas, si sabemos mirar. Ojalá estas notas despierten o aviven una sana curiosidad. Finalmente aprovecho para decirles desde un corazón patriota: ¡Feliz Día de la Independencia Nacional!
