Breve crónica de una construcción comunitaria
Por Raúl Bermúdez
El “fondo” de Villa Hidalgo, fue para mí, durante muchos años, el canal (zanjón) Madero, pasando por debajo de las vías del Ferrocarril Belgrano y el Camino del Buen Ayre, para perderse en el campo, rumbo al Río de la Reconquista. El canal era la frontera del barrio, la última calle –de tierra- era Ingeniero Huergo.
En los 90´ aparecieron algunas viviendas al otro lado del zanjón. En la primera década del nuevo siglo se lo entubó y Madero fue calle. Fue decisiva la intervención del Ministerio de Infraestructura de la provincia de Buenos Aires, a cargo de Cristina Álvarez Rodríguez, actual ministra de Gobierno y ¡sobrina nieta de Evita!
Pero entre las calles Madero e Italia, los terrenos aledaños al Camino del Buen Ayre, parecían ¡la nada! Salvo pastizales, basura y piedras. Digo “parecían” porque en un atardecer se acercaron a Radio Reconquista unas personas que vivían ahí, en pequeñas casas que habían levantado. Eran Ángel, Cándido, Delia... les habían informado que el municipio tenía que desalojar el lugar para construir un “parque industrial”. A cargo del proyecto estaba un entrañable amigo y vecino de José León Suárez, que la pandemia se llevó, el ex concejal Fernando González.
Lo llamamos por teléfono y vino de inmediato a la radio a conversar con estas familias. Rápidamente acordamos un traslado ordenado. Finalizaba el año 2008 y el intendente municipal era el doctor Ricardo Ivoskus. Fernando se iba a encargar de frenar cualquier desalojo y juntos organizaríamos una mudanza de unos pocos metros, para que las casas no estuvieran dentro del predio que quedaría cercado.
Recurrí al incansable Juan Carr, creador de la Red Solidaria, que nos contactó con una persona que nos ofreció toda la madera del encofrado de la estructura de hormigón armado, de una torre que se estaba construyendo en Vicente López. Repartimos las maderas según el número de componentes de cada familia, en el mismo lugar donde el sábado pasado se inauguró un Centro de Cuidado Infantil (CCI), sobre el que volveremos. Logramos que EDENOR y Aguas Argentinas, extendieran las redes de luz y agua. Nacía un barrio nuevo en medio de un páramo.
Pasaron los años y me tocó viajar mucho, trabajar en diferentes proyectos. Un mediodía, me encontré de modo casual con Ángel que iba a una reunión del “Fondo Enrique Angelelli”. Me dijo: “Tiene que venir al barrio, ha crecido mucho. Con Magdalena estamos organizando préstamos para mejorar las viviendas”.
El fondo Angelelli es un sistema de préstamos solidarios, puesto en marcha durante la gestión de Gabriel Katopodis al frente del municipio. El Secretario de Desarrollo Social era Oscar Minteguía y la licenciada Magdalena Terrero era Directora en el área de la Economía Social y Solidaria. Intervenía la organización católica Caritas y la base de operaciones, para el Área Reconquista, se ubicó en la parroquia Inmaculada Concepción de José León Suárez. El párroco era Fray Mingo Rehín. Guardo con todas estas personas una relación de afecto y amistad de muchos años no sólo personal sino que las considero amigas de FM Reconquista.
A mediados de este año en un nuevo encuentro casual con Ángel y Cándido me informé de la falta de luz (bajísima tensión) y de agua. En el sector el agua se reparte en camiones cisterna por falta de presión o de red en lugares nuevos. Fui a visitarlos y me encontré con un barrio urbanizado, con casas de material muy bien construidas, asfalto, comercios, capilla, etc.
Hay cooperativas trabajando en la renovación de la red de agua en el barrio, por el plan “Mas agua, más trabajo”, mediante un convenio entre el Municipio y AYSA, pero en este sector las tareas se habían detenido. Me contacté con el Secretario de Obras Públicas del Municipio, Andrés Alonso, quien me informó de las cuestiones burocráticas que demoraban las cosas. Oscar Minteguía, que hoy integra el equipo del Ministro de Obras Públicas de la Nación, Gabriel Katopodis, me orientó con su experiencia y su habitual disposición. Agradezco a estos amigos sus respuestas.
Era momento de empujar juntos: Con la “Mesa de Entidades” de José León Suárez, abrimos expedientes en EDENOR, en AYSA y en el municipio. En FM Reconquista organizamos una reunión con las familias afectadas, de la que participaron la concejala Carolina Pedelac y el Diputado Nacional Leo Grosso, a quienes reconozco su amistad, esfuerzo y predisposición. Se juntaron firmas en el barrio, visibilizamos el problema. Con el Semanario Huella, publicamos dos artículos al respecto. Resultados: EDENOR mejoró la tensión eléctrica y la oficina de Relaciones con la Comunidad de AYSA se comunicó con nosotros. Los planetas se alineaban.
Conversamos el tema con el Intendente Municipal, Fernando Moreira. La respuesta fue precisa: “La obra de agua se debe hacer cuanto antes”. Con el arquitecto Rubén Ruiz, de Obras Públicas, buscamos apurar plazos. Intercambiamos mensajes con la Secretaria de Mujeres, Géneros e Infancias, la licenciada Marcela Ferri, siempre operativa, de quien depende el CCI que se construyó en el sector afectado. Ella y Magdalena Terrero han trabajado en Villa Hidalgo, desde mucho antes que se sumaran a la gestión municipal. Conocen bien el barrio y sus problemas.
El sábado 20 de noviembre, se inauguró el CCI “Macacha Güemes”, como dije, en el mismo lugar donde repartimos aquellas maderas fundacionales 14 años antes. Tomé de Gabriel Katopodis y Fernando Moreira, palabras de esta crónica. El ministro me dijo: “Te acordás cuando vine a los diez años de FM Reconquista esto era un páramo”. Y el intendente recordó: “Aquí hace unos años no había nada”.
Fue una fiesta para el barrio. El CCI es de excelencia (foto). Andrés Alonso nos confirmó: “En unos días comenzamos con la obra de la red de agua en este sector, y con el asfalto de las tres cuadras que quedan de tierra”. Caminé de regreso por calles asfaltadas, sin zanjones, sin “fronteras”. Pasé por la esquina de La Colmenita I (el Jardín de Infantes) y de la Colmenita II (El Maternal). Era feriado largo por el Día de la Soberanía Nacional. Pensé que la soberanía la ejercemos construyendo comunidad en nuestro territorio, integrándolo, cada cual desde el lugar y la función en que la Vida nos pone.
Nota de la Redacción: Quien esto escribe no suele ahorrar críticas cuando algo está mal. Por eso -nobleza obliga- hoy destacamos el éxito del círculo virtuoso que constituye la articulación Estado- Comunidad Organizada, cuando del bien común se trata.